sábado, 5 de junio de 2010

Nicolás y la mafia de los medicamentos.

La demora para esta historia, tiene muchos "por qué".
Ya estoy en el mes de junio de 2010 (y el relato comencé a escribirlo en septiembre de 2009), hubo mucho intentos de silenciarla por los intereses que mueven algunos negocios turbios, pero ya no más!

(La verdad es que estuve trabajando muchísimo para el torneo Bi Nacional que se realiza en Ushuaia el 18 y 19 de septiembre, Interés Municipal, Interés Provincial, tarifas de hotel, invitaciones, excursiones a muy bajo costo y algunas otras cosas más...pero shhhh! que nadie se entere, aparte el primer párrafo le da un toque de "periodismo de investigación", que está de ultima moda).

Nicolás es un joven estudiante de arquitectura, con mucho empuje, actitud emprendedora y karateka con espíritu de superación, es por ello sonará algo chocante para quienes lo conocen, enterarse que bien podría estar relacionado con la mafia de los medicamentos o algún tipo de actividad pseudo lícita relacionada a los medicamentos sin prescripción.

La cuestión no sé cuando comenzó, pero es probable que ya en el último avión de ida que nos dejaría en la ciudad de Naha, haya intentado intervenir con sus "drogas medicamentosas". Cuando Gastón se sintió mareado, fue el primero que dijo:
"querés un queseyoqueremedio?", "eso te va a hacer bien"...
el joven aprendiz de GARRINCHA, empezó a mostrar la hilacha.

No se si Gastón aceptó y ni recuerdo si se sintió mejor.
Si lo hizo, quizás ya esté imposibilitado de retener nombres, dejar de babear, leer el diario, tener hijos o vaya usted a saber que.
Porque lo que ocurre con esas cosas sin receta es eso, que no podes ni leer las contraindicaciones ni los daños colaterales, pero seguro que Gastón San no sabía eso o el mismo malestar no le haya permitido utilizar su buen juicio.

Continuando con el relato, desde el primer día de entrenamiento, sensei Arakaki nos entregó un frasco de vitaminas, muy pequeñas de color amarillo, para que tomemos a diario. Eran de venta libre y salía la propaganda en las revistas, pero Nico debe haber sentido esto como "competencia desleal".
A los pocos días de entrenar, alguno de nosotros se sentían cansados y Nico ya empezaba a ofrecer sus "querés un antiinflamatorio?, porque tengo". Te dolía la cabeza y escuchabas "Tengo para el dolor de cabeza, esto te alivia seguro".

En fin, quienes creen conocerlo intentarán convencerme de que lo hace de bueno que es, y de previsor. Pero yo, que caminé por las calles de Nueva York, Rio de Janeiro, Moscú, Roma, Berlín, Londres y Madrid, vi a los dealers de la droga y los reconozco al toque (mentira, no caminé por Nueva York, ni por Moscú, pero le daba emoción al relato je je).

Pero como es la vida a veces, que a ocacionalmente terminamos cayendo en pozos donde no creímos que podíamos caer.

Una mañana, durante nuestro viaje a Ginoza con sensei Arakaki y parte de su familia, fui víctima de un terrible dolor de muela (léase de los que no te dejan dormir, ni pensar más que en el dolor...y aunque yo de dolores de muela sé menos que nada, aparentemente podría haber sido un flemón...o lo que fuere, pero dolía y mucho.)

Ocurrió lo que todos podrán imaginarse a estas alturas del relato "Marce, querés un calmante?" y mi respuesta, quizás también sea obvia "seeeeeeeeeeeeeeeee Nico, por favor, oneigai shimasu!!!!".
Me parece que no fue calmante, sino antiinflamatorio (ya pasaron unos meses y mi memoria empieza a fallar), pero lo que ocurrió fue que el alivio llegó a los pocos minutos, a Dios gracias y a las miles de pastillitas de colores que Nico había portado desde nuestro país (tá bien, quizás no fueron tantas).

Lamentablemente, la suerte de Nico iba a llegar a su fin, la DEA lo esperaba en Buenos Aires y ahora está preso en algún lugar de Ásia, como Bidget Jones, pero haciendo trabajos forzados.
Nadie supo mas de él.
(bueno ya se que también es mentira lo último que escribí, pero hay que ponerle un poco de emoción a estas historias, giros inesperados, finales trágicos y esas cosas...no todo es humor en esta vida que nos tocó vivir).

Sé que Pablo Escobar Gaviria ayudó a mucha gente y era querido en Colombia, asi que...por qué no, nuestro Nico?
Nico te banco...donde sea que estes confinado. (en su casa estudiando y trabajando)
Mis saludos, junto a mis disculpas por tanta demora.
Don Chávez, osea yo.

sábado, 6 de marzo de 2010

Cómo comenzó esta historia del Karate Do...

Desde muy pequeño quise practicar artes marciales, pero no se por qué siempre dije: "quiero hacer Karate".

Mi primera oportunidad se dio a los 7 años de edad, cuando mis padres pensaron que era buena idea mandarnos a un club (a mis hermanos y a mi). Las opciones que recuerdo eran dos: Basquet o Karate.
Menos mal que elegí, Karate...
mi altura futura no iba a ser apropiada para un Michael Jordan, Magic Johnson o un Manu Ginobili (para quienes no me conocen, mido 1,69 m., con buena voluntad del que mide).

El club Unión Florida fue la sede del primer dojo que pisé, íbamos con varios vecinos del barrio. Recuerdo que con Dario (el vecino de la esquina) eramos los más disciplinados, el resto de la banda se la pasó en penitencia haciendo flexiones de brazos, porque se reían de los nombres de cada técnica. Esa primera experiencia duró poco, estimo que menos de 2 meses, pero me gustaba mucho asistir a clase.

Un tiempo después, quien era mi mejor amigo, también llamado Dario, comenzó a practicar Karate Do a unas cuadras de mi casa. Era la "Sociedad de Fomento 9 de Julio", donde 2 jovenes estudiantes enseñaban Karate Do.
Sus nombres: Luis Vazquez y Jorge Acosta, con apenas 18 años y ya cinturones marrones, dictaban sus clases con un carisma que aun hoy siguen transmitiendo.

Las clases tenían una particularidad, los chicos jugábamos durante la entrada en calor, y los juegos estaban orientados a desarrollar determinadas habilidades motrices y la recreación.

El único deporte que me había gustado en mi vida fue el softbol, que practiqué en la misma sociedad de fomento. Pero con el Karate Do, fue otra cosa, llegaba una hora antes del horario de clase y jamás faltaba al dojo.

Realmente me sentí feliz desde el primer día que incliné mi cuerpo para saludar a mis senseis con ese "Rei!" que la mayoría escucha en cualquier dojo donde se practican disciplinas de origen Japonés u Okinawense. Éramos un montón de chicos, estimo que habrán habido clases con mas de 25 alumnos, separados por edad y graduación.

Juegos como la mancha, utilizando técnicas de Karate, el indio (que ahora los chicos llaman "hombres de negro"), el RELOJ, los circuitos!!!!.

Después: entrada en calor y técnicas de kihon. Kata. Juego, o juegos, para terminar. Podría explayarme más, pero quizás en otra ocasión.

Un día estaba en la primer fila, la clase la estaba dando sensei Vázquez y si mal no recuerdo yo era uno de los de mayor graduación (recuerdo que no había nadie a mi derecha, donde forman los alumnos más avanzados, pero no tengo idea de mi edad...podrían ser 10 años, no mucho más).

Yo era un niñito risueño, y me estaba pasando de listo haciéndome el chistoso, durante la entrada en calor. Sensei Vázquez me llamó la atención un par de veces y evidentemente mucha bolilla no le dí, hasta que logró captar mi atención con un "te vas".
Bienvenido al mundo real!
uh!
"No sensei, me porto bien, no molesto más."
"Te vas".

Tuve que mirar la clase desde afuera, después de ponerme las zapatillas y salir del dojo.
Al menos había ventanas que permitían que pudiera observar la clase, en puntas de pie, desde afuera.
Fue bastante feo perderme la clase, pero aprendí la lección.

Cuando el sensei dice "basta", "iamé", "cortala" o lo que sea, para colmo de males varias veces, el alumno debe hacer caso.
Nunca más me pasé de listo, creo!

Tengo miles de recuerdos de esas clases, de las palabras que cada uno de mis maestros me dijo cuando lo necesité. Algunas las compartiré con ustedes, Dios mediante, en las próximas entradas, otras quedarán atesoradas dentro de mi corazón, donde permanecen guiándome cuando lo necesito.

Saludos, a quienes estén del otro lado...
incluso a quienes no dejan comentarios.

sábado, 13 de febrero de 2010

Propongo...

En esta entrada voy a hacer un alto.

Primero para agradecer a la gente que ingresa a este blog, que empezó medio de chiste pero sigue porque me gusta contar historias y cosas que tienen que ver con esta disciplina que amo y que practico desde hace más de 26 años.
Me motiva a seguir escribiendo la gente que lo lee y deja sus comentarios, la verdad todavía no puedo creer que lo sigan tantos (por eso puse el contador de visitas, hace solo 2 meses).

Me gustaría proponer, que si alguien tiene alguna sugerencia, pregunta o algo por el estilo, que deje el comentario, así favorece a mi inspiración para contar alguna otra historia.

Ahora pregunto: leyeron el libro que escribió sensei Luis Vázquez "Las Manos de Okinawa" ?

Les comento que ya se puede conseguir en Musashi Genbudo (si no me equivoco), en Kier Megatienda Natural (en el centro de Buenos Aires), en Budokan de Córdoba capital, en la librería Acuarela de Ushuaia y en algunos sitios más, que yo lamentablemente desconozco.

Realmente lo recomiendo, y aprovecho para postear el comentario que publicó Claudio Veiga, director de la revista Cinturón Negro de Argentina.

http://cnargentina.com.ar/noticias/2010-01-22/5496/las-manos-de-okinawa?utm_source=inter&utm_medium=email&utm_campaign=20100211

Espero que lean el libro, es de lectura sencilla y Sensei Vázquez escribió cada capítulo con el corazón y eso no se encuentra todos los días a la vuelta de la esquina.

Quiero compartir una pequeña parte del libro de mi sensei, que tiene que ver con lo que siempre me enseñó desde que soy pequeño, cuando empecé a transitar mis primeros pasos en este camino del Karate- do.

En uno de los capítulos, cuenta que un amigo le regaló una entrevista con uno de los grandes maestros de Karate Do de la historia, el sensei Meitoku Yagi.
En un momento de ese encuentro, el maestro le hizo una pregunta al joven Luis Vazquez...

..."-Para un karateca, ¿qué es más importante: la ley o la moral?
Mi silencio marcó mi falta de respuesta, hasta que él dijo:
- La moral. Porque la moral siempre debe conducir al hombre; a veces hay leyes que son inmorales o se las maneja en forma inmoral. Siempre debes buscar el bien. Espero que puedas llevar tu Karate- do con altura moral ante ti mismo y ante los demás..."

(del libro "Las Manos de Okinawa. Relatos de un aprendiz de Karate-do", escrito por Luis Alberto Vázquez).

Antes de despedirme aprovecho para adelantar, la próxima entrada en el blog no será una historia de Okinawa, sino como fue mi comienzo y mis primeros años con el Karate Do.

Cambio y fuera, gokuroo san!

jueves, 11 de febrero de 2010

Lo que resta del día...

Para contar esta historia, debemos remontarnos a la primera "un día irreal", donde vimos a maestros, 10mos danes, mayores de 80 años de edad haciendo kata en el Castillo de Shuri.
Fue increíble, pero no voy a detallar esa parte del día que ya expliqué en la historia anterior (recomiendo que la lean, esa fue una de las pocas serias...creo)

Terminadas las exhibiciones y la presentación del Torneo Mundial en el mismísimo Shuri Sho, sensei tenía algo especial preparado para nosotros.

Había decidido compartir una noche de reunión con dos de sus compañeros de dojo: los sensei Toma y Goya, alumnos directos de sensei Yuchoku.
A sensei Acosta, sensei Vázquez y a mi, nos tocó trasladarnos con la esposa del maestro en "takushi" (taxi), en el camino Yunko Arakaki Sama nos preguntó si habíamos transitado por el camino viejo, que era uno de los ingresos y egresos del Castillo de Shuri, utilizado antiguamente por los samurai y los reyes. Ante nuestra falta de conocimiento, habló con el taxista y le pidió que nos espere a unas cuadras del sitio.
Bajamos por un camino de piedras construído hacía cientos de años, árboles y santuarios centenarios acompañaron nuestra pequeña caminata, sin olvidar las casa tradicionales, algunas ya remodeladas, al tiempo que la noche se hacía presente, fue increíble!.
El taxi, como era de esperarse, estaba aguardandonos en el lugar previsto, para transportarnos al sitio del "meeting" (así llaman a las reuniones en Okinawa "mitin").

El lugar elegido fue un Karaoke muy pequeño, que estaba situado a solo unas cuadras del dojo donde sensei Yuchoku Higa enseñó Karate Do Kyudokan durante años. Maki Chan, Tanaka san y Ryu estuvieron junto a nosotros.

El Karaoke era excelentemente atendido por una señora de unos cincuenta y tantos años, por demás agradable. La velada comenzó comiendo algunas cositas, presentadas en pequeños platos, mientras bebíamos aguamori (bebida alcohólica a base de arroz fermentado, nativa de la isla de Okinawa y de mejor calidad que el sake) con unas pequeñas limas, aparentemente características de la isla.
A mi dicha bebida nunca me simpatizó demasiado, pero con las limas estas, "iba como piña" (je je, que terminología!). En realidad el aguamori se bebe mezclada con bastante agua, hielo y los cortes de lima en mi caso. Es un asunto que podríamos considerar bastante ritual: los alumnos, los más jovenes o los de menor graduación, deben estar atentos a que el sensei, sempai o el invitado, en ningún momento tenga su vaso vacío. Si uno es invitado a brindar, debe chocar su vaso, debajo de la línea de su superior y debe beber, al menos un sorbo, antes de apoyar su vaso en la mesa, etc.

El primero en llegar fue sensei Toma, un hombre de baja estatura, 66 años, vigote prolijo y mirada aguerrida, pero lo que llamaba más la atención de él, eran sus nudillos. Era como si tuviera un problemita en la mano, pero el problemita era que había hecho makiwara durante años, hasta el extremo de deformar sus nudillos y se notaba mucho. El otro problemita lo tendría cualquiera que se cruzara con un tsuki de este señor.
Personalmente cuando me presentan algun karateka acostumbro mirar los nudillos, así fue como una vez, caminando por Kokusaidori durante una muestra de música Eisa, reconocí a sensei Oshiro, alumno directo de sensei Yuchoku que yo conocía por fotos de revistas. Sus nudillos estaban impresionantemente desarrollados y curtidos por el uso del makiwara.

Al rato ingresó al modesto local sensei Goya, un hombre de apariencia mayor ya que lucía sus canas al 100%, 70 años y sonrisa agradable. Mientras tanto el aguamori continuaba circulando entre todos los presentes ya que en este tipo de reuniones, se acostumbra beber mientras se conversa y canta alguna canción al ritmo de la máquina de karaoke.

Los sensei cantaron como expertos, canciones tradicionales de su isla maravillosa, nosotros hicimos lo que pudimos, pero la verdad nos divertimos mucho y no acausa del aguamori.

Se destacó uno de los miembros de la delegación Argentina, quien nos sorprendió cuando escuchamos que entonaba una canción con una voz mezcla de Rafael y Sandro recién trasplantado en Mendoza. Con Patricio cantamos una canción que no conocíamos, creo que se llamaba Cachito (yo creí que era "Cachita" de Montaner...y al comenzar me convencí de mi error). En nuestra interpretación, quizás nos ayudó un poco el aguamori, ya que la vergüenza que debimos sentir por lo mal que cantamos no fue tanta, por el contrario, nos reímos muchísimo.

Lamentablemente, los sensei Toma y Goya tuvieron toda la intención de comunicarse con nosotros, pero el idioma fue una barrera difícil de superar. Para nuestra suerte, algunas cosas pudieron traducirnos los presentes y llegamos a comprender los importantes consejos que quisieron compartir para que sigamos creciendo en nuestro camino del Karate Do.

Esa misma noche, sensei Vázquez le obsequió una pequeña pre impresión de su libro, traducida al inglés, a sensei Arakaki.

Ya saliendo del karaoke, caminamos con sensei Toma y Arakaki sensei, hasta despedirnos del primero en Kokusai dori y Okiei dori, desde ahí bajamos hasta un local donde venden una soba de-li-cio-sa, debajo del edificio donde sensei tenía su compañía antes de mudarse al nuevo sitio.

La verdad fue una noche increíble, el día entero será difícil de olvidar, especialmente si no quiero olvidarlo.















En la última foto se lo ve a Sensei Toma junto al maestro Luis Vázquez, si observan podrán ver mejor que en la fotos anteriores los nudillos que he tratado de describir.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Taberu, parte II

Bueno, visto y considerando que estaba previsto ampliar un poco mas el aspecto sobre la comida en Okinawa...
encima una cantidad considerable de muertos de hambre sigue preguntándome lo mismo en vivo y en directo, por lo cual: acá vamos!

A estas alturas informo que les voy a describir un poco mas acerca de los tipos de comida que he comido con mis compañeros y/o cuando estuve solo en Okinawa.

Antes que nada, dejo constancia que tuvimos nuestros días felices, aquellos en los que pudimos comer hamburguesas, pastas, papas fritas, bifes, un asado y demás, como cualquier Argentino en su tierra...o más o menos.

Por ejemplo unos días antes del Torneo Mundial, Mika San nos preparó unos bifes con pasta, que estaban más buenos que Nicole Neuman desfilando ropa interior, otras veces comimos pollo asado, que comprábamos, por ejemplo, en Mastuyama store (o sea en "Los Chinos") , una noche sensei nos llevó a cenar sushi al restaurant situado en el 10º piso de su hotel.

Cuando estuvimos en Ginoza, Ryuta y su esposa prepararon un "asado a su manera", donde la carne se corta pequeña y finita, con el objeto de cocinarla más rápido y fácil.
El fuego no se prepara igual que por estas latitudes, sino que al carbón se le echa algún líquido inflamable y se aviva el fuego con algo (ellos usaron un secador de pelo) hasta que se pone "cocinador".
La carne o lo que sea que quieran asar, se apoya sobre una bandeja metálica, en lugar de un parrilla como en nuestro país. Como toque especial, que le da un gusto impresionantemente rico, la carne a asar es remojada en una salsa preparada con ajos, salsa de soja, sake, azúcar y algún ingrediente más, (me tocó prepararla a mi, bajos las estrictas indicaciones de sensei Arakaki).


También nos tocó ingerir fideos fríos (acompañados con pequeños cortes, tipo giuliana, de huevo, jamón, verduras, remojados en salsa de soja...muy rico), onigiri (bocaditos de arroz que dentro tienen diferentes tipos de relleno como pescado, carne, etc.) comida china, como gyozas (masa rellena con carne y verduras al vapor), también unos huevos cocidos que quedaban de un color bastante fiero, pero todo muy rico o casi.




Pero para hablar de comidas nuestras no es que está este blog, sino ya me hubiera asociado con Martiniano Molina o Maru Bottana y estaría tratando de filmar alguna propaganda con ellos. Vamos a los feíto, a lo que vende, afortunadamente en este ultimo viaje, nadie tuvo que padecer lo que yo sí, hace unos años. Pero tampoco fue todo color de rosas como ya dejé deslizar en la entrada "Taberu I".

No debo dejar de asentar por escrito la otra pregunta recurrente a la hora de hablar de comida: "qué fue lo peor que comiste en Japón?".
Siempre contesto que la comida japonesa es excelente, pero si afino un poco la memoria, aparecen un par de historias poco gratas, y allí es que vamos!

En 1999, durante mi primer viaje a Okinawa, sensei Arakaki me invitó a comer a un restaurant junto a su familia (debo aclarar que fui a muchísimos en ese primer viaje, gracias a la generosidad del sensei). Probé varios platos esa noche, uno mas rico que el otro hasta que llegaron los caracoles...
si, si...CA RA CO LES!

Describo: especie de caracol marino, pues venían dentro del caparazón (se llamará así?), pero eran bastantes desagradables a la vista y ni hablemos al paladar. Los sacabas de su antiguo hogar (el caparazón o como sea que se llame) con un escarbadientes y ya era feo de ver, ni les cuento cuando lo masticabas. Encima me trajeron como 4!!!

Me guardé los caparazones, para traerlos para Argentina, pero afortunadamente los olvidé o algo por el estilo.

Ese mismo año, sensei me rescata del trabajo un medio día para almorzar juntos (trabajaba yo en el depósito de su compañía, en la planta baja del dojo). Fuimos en auto a un restaurant algo alejado de su casa, camino a la base americana de Cadena. La especialidad del lugar, desconocida para mi hasta ese momento: TEBICHI.

Aaaaaabuelita! cómo les explico, era una sopa, que tenía dentro pesuñas de chancho, pero eso no era lo peor, sino la grasa que nadaba en la sopa.
Debo recordarles que la comida de Okinawa, es deliciosa, pero con el TEBICHI, tengo mis reservas. Qué fue lo peor?
Cuando me preguntó si me gustaba, le contesté con la mejor cara que pude poner "Ohishi sensei, oishi" ("rico sensei, rico"). Tenemos la fortuna (desgracia en este caso) que nuestro sensei tiene una memoria privilegiada. Al viaje siguiente, en 2003. Uno de los primeros días me dice "vamos a comer una de tus comidas favoritas"...eh nooooooooooooooooo!!!
TEBICHI era el menú.

Sugerencia, si alguna vez viajan a Okinawa o donde sea y algo no les gusta...quizás sea recomendable ser sincero y decir: "es rico!!!!...pero a mi no me gusta".













En esta foto, se ve una variedad de tebichi que comimos durante este último viaje a Okinawa. Es bastante más bonito que el que comí la primera vez, pero a sensei Acosta le tocó el de la foto...bastante poco magro, por si no se dieron cuenta.

Bueno me despido de ustedes hasta la próxima, me dio hambre me voy a comer un pollito vivo.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

El Karateka multilenguaje

Si quiero que este sea un blog realmente serio (mentira, no quiero eso) no puedo dejar de mencionar una de las tantas preguntas que hace cualquier hijo de vecino cuando se entera que estuviste durante un tiempo considerable, en Japón: "cómo hiciste con el idioma?".
Así que, acerca de eso pienso escribir a falta de seguidores que propongan temas varios (como mencioné en la entrada anterior, sé que hay gente que lo lee porque el contador ya acusa más de mil ciento y tantos ingresos al blog).

Idioma. Cómo casi todo el mundo sabe, en Japón se habla japonés. Cada vez que preguntás en Okinawa, si habla inglés tu interlocutor, en general te contestan que no; pero la realidad indica otra cosa: casi todos hablan inglés, pero estimo que les "da cosa" hacerlo.

Cuando algún okinawense entra un poco en confianza, tiene necesidad de comunicarse con vos o simplemente se da cuenta que tu inglés no es el de un universitario de Cambridge, te habla en inglés y podés comunicarte con ellos.

En mi caso, tengo cierto manejo del mencionado idioma que me permite comunicarme pero no brindar una conferencia y esperar que la gente termine aplaudiéndome por mi excelente uso del lenguaje. En japonés domino algunas palabras y frases, que me permiten comunicarme mínimamente, si la persona que está enfrente le pone un poco (bastante) de onda.

Sensei Arakaki era profesor de inglés, Mika san lo maneja perfectamente por haber estudiado en California, la esposa de sensei también lo habla y Ryuta se maneja muy bien en español, pero ni una palabra en inglés.

En nuestra delegación 2009, no todos podían comunicarse con todos. 4 personas se desenvuelven en inglés, uno solo en español y la última persona, de quien no brindaré su identidad, se maneja en varios idiomas...el problema es que los usa todos en una sola oración.

Cuando sensei nos decía algo, los que piloteamos un poco el inglés tratábamos de traducir para el resto y todos comprendíamos la corrección, indicación o la historia que nos contaba. El asunto era cuando alguno de los muchachos que no dominaba idiomas tenía que expresar algo por si solo.
Si no estaba presente alguno que hablara inglés, se complicaba.

Otra cosa difícil algunas veces era no equivocar el idioma que tratabas de emular para comunicarte y de esa forma hablar en inglés, con alguien que no lo entendía o en japonés a uno de tus compañeros argentinísimo (mentirita, eso no nos pasó...jeje).

Un día, uno de los miembros de la delegación que tenía dificultades para comunicarse con el sensei le dijo algo así como: "sensei tomorrow renshu, hora?" (japonés- inglés- japonés- español)...yo pensé, "epa! esto va a ser difícil de superar!".

Al día siguiente, aparte de estos 3 idiomas (es una sola oración!), agregó el gestual...
este es uno de los objetivos importantes para un karateka, superarse a sí mismo, romper sus propias marcas...
4 idiomas en una sola frase!

Y me voy a despedir contando una última situación, la número 1 sin lugar a dudas, del karateka multilenguaje.

Estábamos en Ginoza, en la casa centenaria de fin de semana que posee nuestro maestro, cuando el individuo "multilangüich" le dice a Ryuta algo así como: "What time tomorrow your father exhibition in school?".
Qué hizo Ryuta?
Mirar atentamente a quien efectuaba la pregunta, mostrando el máximo interés hasta que terminó de preguntar, giró su cabeza hacia Nico, que estaba cerca, y en perfecto español preguntó: "Qué dijo?"...

Increíble!!!

Todavía hoy me río recordándo la situación.

Ahora quizás se rían algunos más, si es que entendieron mi redacción.
Saludos y que la pasemos mejor que bien.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Hay que tener la cabeza abierta a los cambios...(actualizada)

...pero en mi caso, el día que nos tomaron examen de graduación, la tuve abierta LITERALMENTE.

Empiezo por el principio?

En el Hombu dojo hay dos ventanas, que dan al pasillo por el cual se ingresa desde el exterior al salón. En una de esas ventanas, en el año 2003, colocamos una especie de soporte de madera con sensei Arakaki con el objeto de colgar unas luces para tomar mejores fotografías.

Durante cada día que entrenamos esquivé este soporte de madera, que amenazaba a todos los que pasaban. Pero casualmente el miércoles que nos tomaron examen de graduación, mis maniobras evasivas, fallaron.

Arusenchines, uchinanchú (nombre con el que se conoce a la gente nacida en Okinawa) e hindúes, comenzábamos nuestra entrada en calor cuando, por eludir a uno de los policías, me choqué con el soporte meléfico (había tres de ellos que eran policías en India, del grupo conformado por diez personas).

La hostia que me pegué, no tardó en sangrar e hincharse, por lo cual fui derecho al baño, a mojarme la testa. Llegó Ryuta con un aerosol para heridas cortantes y me lo aplicó en el tajo, situado sobre el lado frontal derecho de mi rasurada cabeza.

No funcionó, ya que a raíz del golpe, mi cabeza comenzó a hincharse y abrirse. Sensei Vázquez aconsejó hielo y cuando sensei Arakaki me vio, recomendó que no entrene y me quede sentado.

La gracia que me hizo quedarme mirando, mientras los demás entrenaban...fue nula.
La escena:
Hindúes, Argentinos y Okinawenses tirando tsuki, haciendo kata, pateando mae geri.
Chávez sentado al lado del makiwara, con una bolsa de hielo en la cabeza, tratando de que la herida no se abra más.

Qué bronca que tenía!
Yo sentado, los demás practicando!

Transcurrida una hora de clase, apareció sensei Arakaki con Ryuta y los formularios de examen que habíamos completado semanas atrás.
Empezaron a llamar a los más jóvenes, entre quienes ya no me cuentan, los chicos de Argentina, los Okinawenses, hasta que se escuchó "Marucero!".

Arakaki sensei me preguntó si estaba bien, a lo que obviamente contesté "sí".
Ya no sangraba y estaba deshinchada gracias al hielo.

Hice mi examen lo mejor que pude, pese a la situación desfavorable como siempre me enseñaron mis maestros, y afortunadamente salió todo bien.

Mis senseis dieron exámenes impresionantes desde el punto de vista técnico, sin olvidar el espíritu que pusieron, a pesar de las lesiones que sufrían después de tantos años practicando Karate Do.
Se graduaron como 6tos Danes.
Pato, Nico y "Gasutón" obtuvieron su 2º Dan y yo alcancé mi 5º Dan después de algo así como 27 años practicando esta apasionante disciplina.

Había pasado 1 mes desde nuestra llegada a Okinawa, mas de 60 entrenamientos nos separaban de ese día y creo que todos sentimos haber dado un pasito más hacia adelante.

Al día siguiente, eran las acreditaciones para el Torneo Mundial y, si bien no significaba dejar de entrenar, quizás era entrenar de otro modo.
Esa noche estábamos bastante cansados, otro tanto doloridos, pero por encima de todos los sentimientos y sensaciones: estábamos muy contentos.

Se hizo la hora de dormir.

El dolor se había instalado en mi cabeza, pero una toalla con hielo atada en mi cabeza, lo alivió durante la noche. Me dormí con una sonrisa en el rostro, aunque el calor abrazaba afectuoso como todos los días y las noches, recordándonos que él también estaba ahí, testigo de nuestra visita, en la isla donde nació el Karate Do.

Al día siguiente, sensei Arakaki me dio un martillo para sacar el soporte de madera hidratado con mi sangre.

Ya están enterados, gracias a mi, el Hombu Dojo de la escuela de Karate Do Shorinryu Kodokan...
es un lugar más seguro!





























P.D.: ah! en esta historia seguro habrá comentarios por parte de los que estuvieron presentes en el dojo, en ese día doloroso para mi cabecita calva.
Aviso que solo voy a contar lo que van a sugerir, cuando sensei Vázquez deje un comentario en el blog solicitándolo.
Otsekaresama desu!

bueno, lo prometido es deuda...
los ubico: Chavez, cabeza rota, mirando la clase al lado de la makiwara, tratando de mantener una bolsa de hielo el la cabeza pero ya harto de sostenerla, intentado dejarla en equilibrio (fallidamente).
Se acerca otro de los policías hindú, no el que esquivé al principio de la historia, e intenta ayudarme con la bolsa sosteniéndola por mi, sobre mi "tremenda hostia", indicándome algo así como "I'm your friend" (soy tu amigo).
Le agradezco, diciéndole que yo puedo solo, afirmación que quedó automáticamente refutada pasados los 2 segundos, cuando se me cayó nuevamente la bolsa equilibrista...
Resultado: el "poli de la India", se acerca y me sostiene el "refrigerante baja chichón" (alias la bolsita con hielo), esta vez sin preguntar.
Se imaginarán la cara de sensei Vázquez y Patricio, contemplando la escena desde la otra punta del dojo (completamente desconcentrados de lo que hacían en la clase, por primera y única vez desde que llegaron hasta que nos fuimos de la isla de Okinawa).
Si no se pueden imaginar las caras, les describo mejor la situación:
Yo echado al lado de la makiwara, mirando con cara de "mejor que no me vean", lastimado, con un tipo grandote, musculoso, de tez oscura, bigote y cara de malo, parado a mi lado, sosteniendo una bolsa de hielo sobre mi cabeza. Cómo les explicaba?
Cómo me sacaba de encima semejante gigantón, encima policía en la India (se debe haber cargado como a 2000 malhechores y nadie se dio cuenta, si en la India son millones de cucusas!!!).
En fin, esperé un rato, agradeciendo el buen gesto al grandote* y me quité la bolsa de la cabeza. Durante el "esperé un rato" ya no podía aburrirme imaginando las cosas que Sensei Vázquez y Patricio principalmente, iban a endilgarme. Y así fue, pero para que contarles más, si esto es lo que querían los testigos de la historia, compartir esto con el resto de los curiosos que leen este blog.
Sé que son varios, porque ya estamos en 1070 personas que visitaron el blog, aunque los comentarios no los delatan, si lo hace el contador web que mi amigo Arizna me recomendó.
bueno, demasiado por hoy.
Cambio y fuera

*(no recuerdo el nombre, ni que lo hubiera anotado, eran todos nombres difíciles los de la muchachada de India. Quieren uno de ejemplo? "NANDHAKUMAR")

P. D.2: Si ven las fotos que acompañan este relato, donde estamos rodeados de hindúes, el que esquivé es el que está a mi lado (ese era el que peor cara de malo tenía, pero era mas bueno que el Principito sedado), y el que sostuvo la bolsa es el grandote de la derecha, parado al lado de Gasutón (el primero desde la derecha, con bandera de India sobre el lado izquierdo de su karategui).